10 abril 2008

Los libros apócrifos "Las cartas de Poncio Pilatos

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PRIMERA CARTA DE PILATO A CÉSAR (Anaphora)

Relación del gobernador Pilato acerca de Nuestro Señor Jesucristo, enviada a César Augusto a Roma

En aquellos días que siguieron a la crucifixión de Nuestro Señor Jesucristo, en tiempo de Poncio Pilato, gobernador de Palestina y de Fenicia, se compusieron en Jerusalén estas memorias que refieren lo que hicieron los judíos contra el Señor. Pilato, pues, juntamente con su correspondencia particular, envió estas memorias al César, residente en Roma, después de escribir así:

«Al excelentísimo, piadosísimo, divinísimo y terriblísimo César Augusto, el gobernador de la provincia oriental, Pilato.

I. Excelencia: La relación que voy a haceros es causa de que me sienta cohibido por el temor y por el temblor. Pues habéis de saber que en esta provincia que gobierno, única entre las ciudades en cuanto al nombre de Jerusalén, el pueblo en masa de los judíos me entregó un hombre llamado Jesús, acusándole de muchos crímenes que no pudieron demostrar con la afluencia de las razones. Había entre ellos una facción enemiga suya porque Jesús les decía que el sábado no era día de descanso ni fiesta de guardar. Él, en efecto, obró muchas curaciones en tal día: devolvió la vista a los ciegos y la facultad de andar a los cojos; resucitó a los muertos; limpió a los leprosos; curó a los paralíticos, incapaces en absoluto de tener impulso corporal ni erección de nervios, sino sólo voz y articulaciones, dándoles fuerzas para andar y correr. Y extirpaba la enfermedad con sola su palabra. Otra nueva acción más portentosa, desconocida entre nuestros dioses: resucitó a un muerto de cuatro días con sólo dirigirle su palabra; y es de notar que el muerto tenía ya la sangre corrompida y estaba putrefacto a causa de los gusanos salidos de su cuerpo y despedía un hedor de perro. Viéndole, pues, yacente como estaba en el sepulcro, le mandó que echara a correr; y él, como si no tuviera lo más mínimo de cadáver, sino más bien como un esposo que sale de la cámara nupcial, así salió del sepulcro, rebosante de perfume.

II. Y a unos extranjeros, endemoniados a todas luces, que tenían su domicilio en los desiertos y comían sus propias carnes, portándose como bestias y reptiles, incluso a ellos les hizo honrados ciudadanos, les volvió cuerdos con su palabra y les preparó para ser sabios, poderosos y gloriosos, comensales de todos los que odiaban los espíritus inmundos y perniciosos que habitaban anteriormente en ellos, a quienes arrojó a lo profundo del mar.

III. Había, además, otro que tenía la mano seca. Mejor dicho, no sólo su mano, sino la mitad entera de su cuerpo estaba petrificada, de manera que no tenía figura de varón ni dilatación de músculos. E incluso a éste le curó con una palabra y le dejó sano.

IV. Y había otra mujer hemorroísa, cuyas articulaciones y venas estaban agotadas por el flujo de sangre, que no llevaba ya consigo ni cuerpo humano siquiera, que se asemejaba a un cadáver y que, finalmente, se había quedado sin voz. Tal era su gravedad, que ningún médico del territorio encontró manera de curarla y ni esperanza siquiera de vida le quedaba. Mas una vez que Jesús pasaba en secreto por allí, tomó fuerzas de la sombra de éste y tocó por detrás la orla de su vestido; inmediatamente sintió que una fuerza henchía su oquedades y, como si jamás hubiera estado enferma, empezó a correr ágilmente camino de su ciudad, Cafarnaúm, estando a punto de igualar la marcha de seis jornadas.

V. Y esto que acabo de relatar con toda circunspección, lo hizo Jesús en día de sábado. Obró, además, otros milagros mayores que éstos, de manera que he llegado a pensar que los portentos suyos son mayores que los que hacen los dioses venerados por nosotros.

VI. Este es, pues, aquel a quien Herodes, y Arquelao, y Filipo, Anás y Caifás, me entregaron en connivencia con todo el pueblo, haciéndome mucha fuerza para que lo juzgara. Y así, aun sin haber encontrado a su cargo causa alguna de delitos o malas acciones, mandé que le crucificaran después de someterle a la flagelación.

VII. Y mientras le crucificaban, sobrevinieron unas tinieblas que cubrieron toda la tierra, quedando obscurecido el sol a mediodía y apareciendo las estrellas, en las que no había resplandor; la luna cesó de brillar, como si estuviera teñida en sangre, y el mundo de los infiernos quedó absorbido; incluso lo que era llamado santuario desapareció, a la caída de éstos, de la vista de los mismos judíos; finalmente, por el eco de los truenos repetidos, se produjo una hendidura en la tierra.

VIII. Y, cuando todavía cundía este pánico, aparecieron algunos muertos que habían resucitado, como atestiguaron los mismos judíos, y dijeron ser Abrahán, Isaac, Jacob, los doce patriarcas, Moisés y Job, las primicias de los muertos, como ellos dicen, que fallecieron hace tres mil quinientos años. Y muchísimos de ellos, a los que yo pude ver también aparecidos corporalmente, se lamentaban a su vez a causa de los judíos: por la prevaricación que estaban cometiendo, por su perdición y por la de su ley.

IX. Duró el miedo del terremoto a partir de la hora sexta del viernes hasta la hora nona. Y, al llegar la tarde del primer día de la semana, se oyó un eco procedente del cielo, mientras éste adquiría un resplandor siete veces más vivo que todos los días. Y a la hora tercia de la noche apareció incluso el sol brillando más que nunca y embelleciendo todo el firmamento. Y de la misma manera que los relámpagos sobrevienen de repente en el invierno, así apareceiron súbitamente unos varones, excelsos por su vestidura y por su gloria, que daban voces semejantes al fragor de un enorme trueno, diciendo: «Jesús, el que fue crucificado acaba de resucitar. Levantaos del abismo los que estáis presos en los subterráneos del infierno». Y la hendidura de la tierra era tal, que parecía no había fondo, sino que dejaba ver los mismos fundamentos de la tierra, entre los gritos de los que estaban en el cielo y paseaban corporalmente en medio de los muertos que acababan de resucitar. Y aquel que dio vida a los muertos y encadenó al infierno decía: «Dad este encargo a mis discípulos: Él va delante de vosotros a Galilea; allí podréis verle».

X. Por toda aquella noche no cesó la luz de brillar. Y muchos de los judíos perecieron absorbidos por la hendidura de la tierra, de manera que al día siguiente no compareció gran parte de los que habían estado en contra de Jesús. Otros veían apariciones de resucitados, a quienes ninguno de nosotros había visto. Y en Jerusalén mismo no quedó ni una sola sinagoga de los judíos, pues todas desaparecieron en aquel derrumbamiento.

XI. Así, pues, fuera de mí por aquel pánico y cohibido por un temblor horrible en extremo, he hecho a vuestra excelencia la relación escrita de lo que mis ojos vieron en aquellos momentos. Y, poniendo además en orden lo que hicieron los judíos contra Jesús, lo he remitido a vuestra divinidad, ¡oh Señor!»

(Segunda carta de Pilato a Tiberio)
Poncio Pilato saluda al emperador Tiberio César.


Jesucristo, a quien te presenté claramente en mis últimas relaciones, ha sido, por fin, entregado a un duro suplicio a instancias del pueblo, cuyas instigaciones seguí de mal grado y por temor. Un hombre, por vida de Hércules, piadoso y austero como éste, ni existió ni existirá jamás en época alguna. Pero se dieron cita para conseguir la crucificción de este legado de la verdad, por una parte, un extraño empeño del mismo pueblo, y por otra, la confabulación de todos los escribas, jefes y ancianos, contra los avisos que les daban sus profetas y, a nuestro modo de hablar, las sibilas. Y mientras estaba pendiente de la cruz, aparecieron señales que sobrepujaban las fuerzas naturales, y que presagiaban, según el juicio de los físicos, la destrucción a todo el orbe. Viven aún sus discípulos, que no desdicen del maestro ni en sus obras ni en la morigeración de sus vidas; más aún, siguen haciendo mucho bien en su nombre. Si no hubiera sido, pues, por el temor de que surgiera una sedición en el pueblo (que estaba ya como en estado de efervescencia), quizá nos viviera todavía aquel insigne varón. Atribuye, pues, más mis deseos de fidelidad para contigo que a mi propio capricho el que no me haya resistido con todas mis fuerzas a que la sangre de un justo inmune de toda culpa, pero víctima de la malicia humana, fuera inicuamente vendida y sufriera la pasión; siendo así, además, que, como dicen sus escrituras, esto había de ceder en su propia ruina. Adiós. Día 28 de marzo.

CARTA DE PILATO A HERODES
Pilato, gobernador de Jerusalén, saluda al tetrarca Herodes.


Nada bueno hice bajo tu instigación el día aquel en que los judíos presentaron a Jesús, el llamado Cristo. Pues de la misma manera que fue crucificado, así también ha resucitado al tercer día de entre los muertos, como acaban de anunciarme algunos, y entre ellos el centurión. Yo mismo he decidido enviar una expedición a Galilea y atestiguan haberle visto en su propio cuerpo y conservando el mismo semblante. Y ha llegado a dejarse ver de más de quinientas personas, con la misma voz e idénticas enseñanzas. Estos individuos han ido por ahí dando testimonio de ello, y, lejos de vacilar, han predicado su resurrección como fenómeno extraordinario y han anunciado un reino eterno, hasta el punto de que los cielos y la tierra parecían alegrarse de sus santas enseñanzas [de Jesus].

Y has de saber que Procla, mi mujer, dando crédito a las apariciones que tuvo de él cuando yo estaba a punto de mandarle crucificar por tu instigación, me dejó solo y se fue con diez soldados y Longino, el fiel centurión, para contemplar su semblante, como si se tratara de un gran espectáculo. Y le han visto sentado en un campo de cultivo, rodeado de una gran turba y enseñando las magnificencias del Padre; de manera que todos estaban fuera de sí y llenos de admiración, [pensando] si había resucitado de entre los muertos aquel que había padecido el tormento de la crucifixión.

Y, mientras todos estaban observándole con gran atención, divisó a éstos y se dirigió a ellos en estos términos: «¿Todavía no me creéis, Procla y Longinos? ¿No eres tú por ventura el que hiciste guardia durante mi pasión y vigilaste mi sepulcro? Y tú, mujer, ¿no eres la que enviaste a tu esposo una misiva acerca de mi? [...] el testamento de Dios que dispuso el padre. Yo, el que fui levantado y sufrí muchas cosas, vivificaré por medio de mi muerte, tan conocida para vosotros, toda la carne que ha perecido. Ahora, pues, sabed que no perecerá todo aquel que haya creído en Dios Padre y en mí, pues yo hice desaparecer los dolores de la muerte y traspasé al dragón de muchas cabezas. Y, en ocasión de mi futura venida, cada uno resucitará con el mismo cuerpo y alma que ahora tiene y bendecirá a mi Padre, al Padre de aquel que fue crucificado en la época de Poncio Pilato».

Al oírle decir tales cosas, tanto mi mujer, Procla, como el centurión que tuvo a su cargo la ejecución de Jesús, como los soldados que habían ido en su compañía, se pusieron a llorar llenos de aflicción, y vinieron a mí para referirme estas cosas. Yo, a mi vez, después de oírlas, se las referí a mis grandes comisarios y compañeros de milicia; estos, llenos de aflicción y ponderando el mal que habían hecho contra Jesús, se pusieron a llorar durante el día; y asimismo yo, compartiendo el dolor de mi mujer, estoy entregado al ayuno y duermo sobre la tierra. [...] y en esto vino el Señor y nos levantó del suelo a mí y a mi mujer; yo entonces fijé mi vista en él y vi que su cuerpo conservaba aún los cardenales. Y Él puso sus manos sobre mis hombros, diciendo: «Bienaventurado te llamarán todas las generaciones y los pueblos, porque en época tuya murió el Hijo del hombre y resucitó ya ahora va a subir a los cielos y se sentará en lo más alto. Y caerán en la cuenta todas las tribus de la tierra de que yo soy el que va a juzgar a los vivos y a los muertos en el último día».

CARTA DE HERODES A PILATO

Herodes, tetrarca de los galileos, saluda al gobernador de los judíos, Poncio Pilato.

Estoy sumido en no pequeña aflicción, conforme al dicho de las Sagradas Escrituras, por las cosas que paso a relatarte, así como pienso que tú a tu vez te afligirás al leerlas. Pues has de saber que mi hija Herodíades, a quien yo amaba ardientemente, ha perecido por estar jugando junto al agua cuando ésta desbordaba sobre las márgenes del río. Efectivamente, el agua la cubrió de repente hasta el cuello; su madre entonces la agarró de la cabeza para que no se la llevara la corriente, pero se desprendió ésta del tronco y fue lo único que mi esposa pudo recoger, pues lo restante del cuerpo fue arrastrado por la corriente. Mi mujer ahora aprieta, llorando, la cabeza sobre sus rodillas, y toda mi casa está sumida en una pena incesante.

Yo, por mi parte, me encuentro rodeado de muchos males a partir del momento en que supe que tú le habías despreciado [a Jesús]; y quiero ponerme en camino tan sólo para verle, adorarle y escuchar alguna palabra de sus labios, pues he perpetrado muchas maldades contra Él y contra Juan el Bautista; ciertamente estoy recibiendo con toda justicia mi merecido, pues mi padre derramó sobre la tierra mucha sangre de hijos ajenos a causa de Jesús, y yo, a mi vez, he degollado a Juan, el que le bautizó.

Justos son los juicios de Dios, porque cada cual recibe su recompensa en consonancia con sus deseos. Así, pues, ya que te es dado ver de nuevo a Jesús, lucha ahora por mí y dile en mi favor una palabra; porque a vosotros, los gentiles, os ha sido entregado el reino, conforme a lo que dijeron Cristo y los profetas.

Lesbónax, mi hijo, se encuentra en una necesidad extrema, presa de una enfermedad agotadora desde hace muchos días. Yo, a mi vez, me encuentro enfermo de gravedad, sometido al tormento de la hidropesía, hasta el punto de que salen gusanos de mi boca. Mi mujer ha llegado incluso a perder el ojo izquierdo por la desgracia que se ha cernido sobre mi casa. Justos son los juicios de Dios, por cuanto hemos ultrajado al ojo inocente. No hay paz para los sacerdotes, dice el Señor. La muerte hará presa en ellos y en el senado de los hijos de Israel, pues pusieron inicuamente sus manos sobre el justo Jesús. Todo esto ha venido a cumplirse en la consumación de los siglos; y así, las naciones van a recibir en herencia el reino de Dios, mientras que los hijos de la luz serán arrojados fuera por no haber observado lo que convenía en relación con el Señor y con su Hijo.

Por todo lo cual ciñe ahora tus lomos, asume tu autoridad judicial de noche y de día, unido a tu mujer en el recuerdo de Jesús, y será vuestro el reino, pues nosotros hemos hecho padecer al justo. Y si es que hay lugar para mis ruegos, ¡oh Pilato!, puesto que nacimos simultáneamente, da sepultura diligentemente a mi casa, pues preferimos ser sepultados por ti que no por los sacerdotes, a quienes en breve, según las escrituras de Jesús, les espera el juicio. Adiós.

Te he enviado los pendientes de mi mujer y mi propio anillo. Si es que te acuerdas, me lo devolverás en el último día. Ya van aflorando los gusanos a mi boca y con ello recibo el castigo de este mundo; pero temo más a la sentencia de allá, pues los módulos de justicia que me aplicará el Dios vivo serán por duplicado. Vamos desapareciendo fugazmente de esta vida a los pocos años de nacer, y de allí proviene el juicio eterno y la retribución de las acciones.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

El presidente español se posicionó en contra por los siguientes motivos, desde que llegó la poder en españa, Zapatero se a encargado de llevar la siguiente poliítica:

1.- Aliarse con grupos minoritarios extremistas, todos ellos de ideas comunistas, ERC,ANV, ARALAR, PNV, CIU, BNG, IU.

2.-Firmar un pacto infame con los grupos antes mencionados, para sacar de la vida pública al partido de la oposición que representaba a la mitad de los españoles, el pacto fué llamado Pacto del Tinell.

3.- Iniciar un dialogo con terroristasde ideología comunista, que han asesinado a más de 1000 españoles (ETA).

4.- Atacar a la Familia, nucleo de la sociedad y pilar de la religión católica.

5.- Atacar a la iglesia alegando un estado laico, sacando de los colegios la asignatura de la Religión católica, pero a la vez apoyando la religión Islamica, favoreciendo la proliferación de mezquitas, se financia madrasas, se introduce en las aulas colegilaes a imanes para la enseñanza del Islam.

6.- Apoyo a Iran para que tenga armas nucleares, el viaje de Felipe Glez. anterior presidente español del PSOE, hasta 1996 que perdió las elecciones, en plena crisis con Iran, defendiendo el derecho de Iran a poseer armas nucleares armas es un claro ejemplo.

7.- Apoyo a Marruecos contra los intereses nacionales españoles, acordando la coosoberania de las ciudades españolas de Ceuta y Melilla.

Habría más puntos aún pero son muy largos de enumerar.

Unknown dijo...

¿Y donde se pueden ver contrastar los originales de estas cartas?

gracias

Otonvanolts dijo...

Fuente: http://www.lapasion.org/noticias/noticia.php?noticia_id=15425

Anónimo dijo...

Esto es para ese anonimo no se que me confundan con el.

1Aliarse con grupos minoritarios extremistas y de ideas comunistas....
Euskatel fue el precio que pago Alvares casco para que el PNV le apoyase, y otro tanto pago a Pujol para obtener su apoyo... una vez obtuvo mayoria absoluta comenzo los ataques con aquello de pujol, enano, habla castellano (que pronto se olvido Aznar de hablar catalan en la intimidad). Lo malo, que en las siguientes elecciones el pp ya sabia que no ganaba con absolutas y ya no obtendria el apoyo de los que tu llamas extremistas-comunistas, habia que hacer algo para modificar la tendencia.... antes del 14M
Por cierto, eso de extremista no lo decide losanto y perroJeta, sino un tribunal, y si se diece el caso no podrian formar parte de unas elecciones ni accecer al juego democratico.

Ningun pacto es infame, salvo que lo decida losDemonios y Pedro J.,y quien puso fuera al PP fue el propio pueblo con su participacion. Eso si, para mantener a la hinchada diciendoles que hemos jugado bien pero el arbitro pito en contra, pues se producen ese tipo de argumentos disparatados. Solo hay que ver los resultados de las elecciones anteriores y posteriores y ya se veia como el pueblo se habia cansado de aquellos que estaban por privatizarlo todo y vender el patrimonio del pueblo.

3- Iniciar dialogo con eta.... del que el pp ya habia tenido contacto hasta el extremo de llamarlo movimiento de liberacion.... lo cierto que tanto para unos y otros , siempre contaron con la aprovacion de la opinion publica.

4- Atacar a la familia nucleo de la sociedad y pilar del catolicismo.
La pareja, la familia, el clan, el pueblo, etc... existen antes que el catolicismo se enquistase y tendiese a apropiarse de esas, llamemosle, asociaciones.
La iglesia defiende otros intereses mas oscuros , y por economisistas, no puede vender ese argumento ante la opinion publica pues le restaria apoyos, asi que salen con el cuento de ataque a la familia pilar de la religion.... se olvidan que todo esta fundamentado en amor al projimo pues todos somos hijos de dios (salvo los maricas)

5- Atacar a la iglesia argumentando un estado laico.
La iglesia no se quiere enterar que esto es un estado laico. Quiere seguir chupando del estado (de todos nosotros seamos cristianos o no). Es la iglesia la que me ataca como laico y pretende que yo siga, como en el franquismo, dandoles de comer y manteniendo su pompa y boato.

6- Apoyo a Iran.
Ya dijo moratinos que españa estara siempre al lado de israel. Es logico que un judio (tanto como Borrel ,almunia, Aguilar, etc...) digan esta cosas, pues como infiltrados saben que europas les pertenece y deben sacrificar a todos sus borricos por la superioridad judia.

7Apoyo a Marruecos.
Ya existen unos pactos de que Inglaterra debe devolver el peñon y españa devolver esas dos plazas llamadas ceuta y melilla.

Juanrox

Anónimo dijo...

Estas cartas estan en la bibliotecas del vaticano, execto una que es donde pilatos le envia al emperador y describe como es fisicamente jesus, esta carta esta en poder de Estados Unidos en el capitolio.