¿Por qué la ONU no hace nada contra el tirano criminal de Zimbabwue?

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Muy simple, porque China quiere sus minerales. Ya no se trata de poder o control mundial, se trata de supervivencia y la supervivencia de las grandes potencias, llámense como se llamen está primero que los derechos de los pueblos. Y luego se quejan de que nazcan guerrillas y resistencias, y como la política ya no es una alternativa, son religiosas, en este caso musulmanas. Y tarde o temprano les van a caer en la cabeza, no lo duden. (Fuente, solidadridad.net)

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El barco chino An Yue Jiang tuvo que dar la vuelta. Ningún puerto del sur de África le dio permiso para desembarcar las 77 toneladas de armas que el país asiático enviaba a su aliado Robert Mugabe. Tres millones de balas del calibre 7,62mm para fusiles de asalto AK47, 1.500 lanzagranadas RPG, 3.000 obuses de mortero, numerosas piezas de artillería,.... Todo ello destinado “a la defensa nacional”, según el ministro de Justicia de Zimbabue Patrick Chinamasa, y “en ningún caso para ser usadas contra la población civil”, o para sofocar a la oposición que no está de acuerdo con los resultados de las próximas elecciones.

No es la primera vez que China colabora de esta manera con su amigo Mugabe a mantener su orden y su paz en su país, es más, se trata de una práctica habitual entre estos dos estados. China financió y proporcionó un mecanismo de interferencia de radio, ubicada en una base militar a las afueras de la capital para evitar que las emisoras de radio independientes emitieran durante la campaña electoral. China tiene que defender sus intereses, no importa cómo. Porque Pekín tiene importantes inversiones en Zimbabue: se han formado compañías mineras conjuntas y ha concedido préstamos sin intereses ni subvenciones.

Por eso apoya este tirano útil. Aunque el tirano haya llevado a su país a la catástrofe: la esperanza de vida en Zimbabue es de 37 años y un cuarto de la población se ha marchado. Pero eso no importa, se debe mantener en el poder a la marioneta: le ha diseñado una nueva mansión con 25 dormitorios, valorada en 9 millones de dólares, y le ha donado unas tejas especiales de cobalto azul para el tejado. Un tirano que lleva 28 años en el poder, que utiliza la tortura como práctica habitual, y que parece que todo el mundo critica. Pero las sanciones internacionales son mínimas, todas ellas patrocinadas por EEUU, que en realidad lo hace mientras mira con envidia los recursos del pobre pero rico país.

Cuando Robert Mugabe afirmó que “Nos volvemos hacia el este, donde sale el sol, dando la espalda al oeste, donde el sol se pone”, apeló a la retórica de “los demonios imperialistas que quieren acabar con Zimbabue” y fue para vender su país al imperio chino. ¿Asistimos a vientos de cambio que traen a otros viejos demonios imperialistas? La tarta africana está en juego, los grandes lo saben y mueven fichas, aunque eso suponga siempre la muerte y el pavor de muchos.
Lo que sí es seguro es que ninguno, ninguno de ellos va a temblar cada mañana porque todos los días más de 1.000 personas huyen hacia Suráfrica a través del río Limpopo, un río plagado de cocodrilos, a nado, o en balsas rudimentarias. Lamentablemente sus hermanos surafricanos tampoco quieren refugiados y los están matando.

Las últimos actos "democráticos" del tirano. Suspender la ayuda humanitaria y prohibir los actos de la oposición.

El gobierno de Zimbabue prohibió a los organismos de asistencia humanitaria distribuir alimentos a la población, acusándolos de ayudar a la oposición en vísperas de las elecciones presidenciales que tendrán lugar el 27 de junio. Las organizaciones de ayuda rechazaron estas acusaciones y advirtieron que la situación "desesperante" que atraviesa el país puede empeorar aún más. Los entes de humanitarios tenían previsto alimentar a unas 600.00 personas este mes, cuando se lleva a cabo la cosecha. Pero cuando se acaben las reservas de alimentos, entre dos y cuatro millones de personas (casi un tercio de la población) necesitarán ayuda alimentaria, aseguran los organismos internacionales.

Ésta no ha sido la única prohibición impuesta en los últimos días por el gobierno de Robert Mugabe. Las autoridades de Zimbabue impidieron también que el candidato presidencial de la oposición, Morgan Tsvangirai, desarrollara su campaña electoral. La orden que prohibía "futuros actos proselitistas" llegó después de que la policía detuviese al líder de la oposición antes de presentarse en un encuentro político en Bulawayo, la segunda ciudad en importancia del país. Se desconoce aún la extensión y la duración de esta orden, que según el gobierno, fue impuesta por razones de seguridad.

Amigos de Zaimbabwe tendrán que luchar con sus propias manos, pues el mundo no los ayudará. Que Dios los acoja pues sus sufrimientos no serán escuchados por nadie más.