El retiro de 550 toneladas métricas de "torta amarilla", como se conoce el material base para el enriquecimiento nuclear de alto grado, fue un paso significativo hacia el cierre del legado atómico de Saddam. Además, es un alivio para las autoridades estadounidenses e iraquíes, que temían que el uranio cayese en manos de insurgentes o contrabandistas que lo llevasen a Irán. MIENTE, MIENTE, QUE ALGO QUEDA.
Lo que queda ahora es el complicado empuje final para despejar de desechos nucleares el antiguo complejo atómico de Tuwaitha, unos 20 kilómetros al sur de Bagdad, usando equipos que incluyen a expertos iraquíes entrenados recientemente en el área afectada por el desastre de Chernobyl en Ucrania. "Todo el mundo está feliz de que ese cargamento haya salido de Irak a salvo", dijo un funcionario estadounidense que detalló la operación a The Associated Press. El funcionario habló a condición de anonimato a causa de lo espinoso del asunto. O SEA SE LLEVAN LO BUENO Y DEJAN LA CONTAMINACIÓN A LOS IRAQÚÍS, QUE BUEN NEGOCIO.
Aunque la torta amarilla por sí misma no es lo suficientemente potente para una "bomba sucia" un explosivo convencional que dispersa material radiactivo pudiera causar gran pánico si es incorporada en una explosión. La torta amarilla además puede ser enriquecida para su uso en reactores nucleares y, a niveles más altos, en bombas atómicas. El gobierno iraquí vendió la torta amarilla al procesador canadiense de uranio Cameco Corp., en una transacción que el funcionario dijo está valorada en "decenas de millones de dólares". Un portavoz de Cameco, Lyle Krahn, declinó especificar el precio, pero dijo que el material sería procesado en instalaciones en Ontario para su uso en reactores nucleares.
"Estamos complacidos de que hemos sacado la torta amarilla de una región volátil a un área estable para producir electricidad limpia", dijo. El acuerdo culmina más de un año de intensas iniciativas diplomáticas y militares _mantenidas en secreto por temor a ataques o emboscadas una vez las caravanas iniciasen viaje, primero con 3.500 barriles de uranio por carretera hacia Bagdad, luego en 37 vuelos militares hacia la base naval Diego García en el océano Índico y finalmente a bordo de un buque estadounidense en ruta a Montreal. ¿LOS ESPAÑOLES HABRÁN SABIDO QUE SOBRE SUS CIELOS VOLABAN 55 TONELADAS DE URANIO?
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