30 septiembre 2008

El misterioso emir, el Muláh Mohamed Omar, se hace oir en afganistán.

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Del muláh se sabe que es tuerto, y la única imagen de su rostro es borrosa y posiblemente falsa. Pero algo si se sabe que luego de conquistar Kandahar, en el sur de Afganistán, lo primero que hizo fue dirigirse a la mezquita que guardaba el "manto de Mahoma" Lo tomó y se lo puso en hombros, luego salió y fue aclamado como Emir del Taliban. Después de la invasión de la OTÁn y los EE.UU, se ocultó en las montañas, hoy ha reaparecido.
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El líder supremo de los talibanes, el muláh Mohammad Omar, afirmó que garantizaría la seguridad de las fuerzas extranjeras si éstas se retirasen de Afganistán, pero de lo contrario serán derrotadas como lo fueron las fuerzas soviéticas. "Los estadounidenses, a pesar de su tecnología avanzada, han sido incapaces de prever su derrota, pero con la ayuda de Dios, ahora reciben cada día los cadáveres de sus soldados y sufren importantes pérdidas humanas y financieras", afirmó el muláh Mohammad Omar en un mensaje poco habitual difundido en la página web de los talibanes. (El Universal)

"Si nos mantenemos firmes en nuestras posiciones, con confianza en Dios y unidos, los invasores estarán obligados a abandonar la región. En siete años, ha sido incapaces de cumplir sus objetivos e incluso si lo intentasen durante cien años no lo lograrían", afirmó el líder talibán, "Les digo a los invasores: si se van de nuestro país, garantizaremos su seguridad. Pero si persisten, serán derrotados como lo fueron los rusos antes que ustedes", advirtió. Las tropas soviéticas invadieron Afganistán en 1979 en apoyo al régimen comunista afgano que había tomado el poder un año antes en un sangriento golpe de Estado. Enfrentado a una guerrilla financiada esencialmente por Estados Unidos, el Ejército Rojo tuvo que retirarse al cabo de diez años.

El muláh Omar, que se encuentra en paradero desconocido desde 2001, es el jefe de los fundamentalistas islámicos que dirigieron Afganistán entre 1996 y finales de 2001 aplicando una ley islámica radical. Estados Unidos ofreció una recompensa de 25 millones de dólares por su captura. Los talibanes lanzaron una sangrienta insurrección desde que fueron expulsados del poder a finales de 2001 por una coalición internacional encabezada por Estados Unidos. La violencia ha ganado intensidad en los últimos dos años en Afganistán, a pesar de la presencia de 70.000 soldados de dos fuerzas multinacionales, una de la Organización del Tratado del Atlántico norte (OTAN) y la otra bajo mando estadounidense (Operation Enduring Freedom).

El presidente Hamid Karzai, quien yasha sufrido atentados, busca el fin de la guerra y negociaciones con el talibán. Pidió el apoyo de Arabia Saudí para facilitar conversaciones de paz con el Talibán a fin de terminar con el conflicto armado en Afganistán, e informó, que autoridades afganas viajaron a Arabia Saudí y Pakistán con la esperanza de que las gestiones permitan acabar con el conflicto.

El gobierno de Afganistán trata de alentar a los milicianos para que depongan las armas y se integren al gobierno, indicó el presidente Karzai y aseguró que había tenido contacto con el líder del Talibán, el muláh Omar, para plantearle que "regrese a su tierra y trabaje por la felicidad de la población". El mandatario dijo también que él personalmente protegería a Omar de las fuerzas de Estados Unidos y de la OTAN que están en Afganistán si el dirigente rebelde regresa al territorio afgano para participar en las eventuales conversaciones. O sea otro desastre para los EE.UU. Si Afganistán y Paquistán llegan a acuerdos con el talibán será el fin de la egemonía imperial.

La liga Euro-Asiatica habrá nacido, pero resulta que el imperio aún es poderoso. Salir de Iraq sería entregar el país a los chiítas de Irán y a su nuevo aliado ruso. Salir de Afganistán sin Obama Bin Laden y el fin de Al Qaeda, es impensable, pues sería la peor derrota jamás sufrida por los EE.UU. Lamentablemente para las esposas, madres e hijos de los soldados que van a ir a morir a las montañas, en una frontera lejana, pero Afganistán ha sido matadero de ejércitos enemigos desde mil años antes de Alejandro el Magno.


Al otro lado de la frontera tampoco hay paz. 20 mil paquistaníes huyen de violencia. Los combates que el ejército paquistaní realiza contra los insurgentes orillaron a alrededor de 20 mil personas buscar refugio en Afganistán. De acuerdo con la Alta Comisaría de la ONU para los Refugiados (ACNUR), desde el inicio del verano, tres mil 964 familias han escapado del distrito tribal de Bajaur, en Pakistán, y han pasado a la provincia afgana de Kunar.

En las últimas semanas, las fuerzas armadas de Pakistán han emprendido una violenta ofensiva contra los insurgentes de Bajaur, territorio que jamás ha estado bajo completo control del gobierno de ese país. Las poblaciones de ambas partes de la frontera pertenecen a la etnia pashtún, de la que proceden tradicionalmente los talibanes. Los islamistas, que se oponen a las administraciones de Afganistán y Pakistán, controlan varias de las tribus. Según la ACNUR, 600 familias paquistaníes han huido a Afganistán en sólo dos semanas, de las cuales unas 400 viven con parientes y amigos, mientras que las otras 200 subsisten al aire libre.

Las autoridades de la provincia afgana de Kunar trabajan junto con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y otros organismos internacionales para coordinar y monitorear de cerca la respuesta humanitaria. Los afectados han comenzado a recibir medicamentos, botellas de agua, alimentos, plásticos para levantar tiendas de campaña improvisadas, latas, linternas, sábanas, cobijas y otros artículos, todos proporcionados por algunas de las organizaciones presentes en el país, como la propia ACNUR, UNICEF, la Cruz Internacional y la Media Luna Roja o el Programa Mundial de Alimentos. De acuerdo con la agencia de Alta Comisaría, la mayoría de las familias desplazadas volverán a Pakistán tan pronto como termine la operación del ejército.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo creo que el Sr. Omar estaba protegido por una red que penetra los servicios de inteligencia paquistaníes, los mismos a quienes les fue encomendada la misión de entrenarles.

Los paquistaníes necesitan salir de alguna manera del corsé en que se hayan metidos y que tanto India, EEUU, la OTAN y China se esfuerzan en apretar cada día un poco más.

Por otra parte la aparición del Sr. Omar es importante para la coalición y la OTAN, ya que justifica la presencia de ellos en Afganistán, clave para controlar la salida de hidrocarburos y/o gas desde las ex-repúblicas soviéticas.

En todo caso es importante su presencia para alivianar la presión que la crisis financiera ha desencadenado en los EEUU, ya que ellos, los yonis, necesitan una buena excusa para intervenir, poner dinero trucho sobre la mesa y tratar de recuperar el control de las finanzas.

¿Qué tal una guerra en Paquistán que les permita continuar con Irán?

M. Max