26 junio 2008

Bolsas mundiales se hunden por temor a crisis financiera más profunda

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El gran hambre que siento acercarse
Frecuentemente rondar, después será universal
Tan grande y largo que llegará a arrancar
Del bosque raíz y, el niño del pecho.
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NOSTRADAMUS
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España tuvo su "Martes negro" parece que ahora se está convirtiendo en Pandemia. Harán malabares de magos, cercarán a las agencias de riesgo para que mientan, pero no podrán detener la "crisis Sistémica Global"

Mientras la Bolsa de Nueva York muestra su peor cara desde septiembre de 2006 , el Dow Jones opera con una baja de 2%, el índice de las acciones europeas cayó a su menor nivel desde octubre del 2005, arrastradas por los títulos bancarios luego que Goldman Sachs renovó los temores sobre nuevas pérdidas en el sector. A eso se suma que la mayoría de los bancos de inversión de Estados Unidos han reportado pérdidas en el ejercicio del primer trimestre. El índice de acciones europeas líderes FTS Eurofirst 300 cerró extraoficialmente con una baja del 2,4%, llegando hasta los 1.198,30 puntos, marcando su peor caída diaria porcentual desde mediados de marzo. La mayoría de los mercados asiáticos cerró a la baja y en América Latina la situación no es distinta y replican las caídas.

Las pérdidas de la banca en Estados Unidos reavivan los temores de los inversionistas sobre la profundidad de la crisis crediticia y toman resguardos, dejando desprovistos a los mercados accionarios del mundo. El bajo rendimiento de los bancos en Estados Unidos no sólo habla de los problemas de pago de los clientes estadounidenses, sino de la imposibilidad de ese país por salir de la debacle que dejó en el mercado del crédito la crisis de las hipotecas de alto riesgo o “subprime”. Otro dato es la constante presión que pone la inflación en el crecimiento de Estados Unidos y en el resto del mundo, lo que obliga, por ejemplo, al Banco Central Europeo a estudiar una inmediatamente alza en la tasa de interés, imitando a otros bancos que ya optaron por el camino de una política más restrictiva, entre los que se incluye Chile. Con una política de tasas altas la inversión tiende a frenarse

Este artículo refleja el pensamiento de Ralph Nader, candidato independiente a la Presidencia de Estados Unidos.

Los tahúres de Wall Street.

Las Vegas ya pasó de moda. Los grandes tahúres se encuentran en Wall Street y están jugando con dinero ajeno: el de usted, lector; el de su pensión; el de sus medios de vida.A diferencia de los casinos de Las Vegas, se supone que los grandes bancos de inversiones, bancos comerciales y grandes firmas de corretaje bursátil de Wall Street tienen una relación fiduciaria con el dinero de los demás. Se supone que son depositarios del dinero que usted ha puesto confiadamente en sus manos, y que deben avisarle cuando realicen inversiones arriesgadas.Pero a medida que Washington DC se ha ido convirtiendo, cada vez más, en territorio ocupado por las corporaciones, los chicos de Wall Street han ido corriendo riesgos cada vez mayores con el dinero ajeno.

A medida que aumentan los ciclos de quiebra de los que son responsables, aumentan también los emolumentos que los directivos se atribuyen, aprovechando unos consejos de administración donde sus decisiones se aprueban sin debate.Con cada ciclo de quiebras, crece la carga de los rescates que realiza el Gobierno, lo que significa deuda, déficits y dinero para el contribuyente. El cierre de Savings and Loans, a finales de los ochenta, con un coste de más de 500.000 millones de dólares –antes de la amortización de los instrumentos de rescate– parece de poca importancia en comparación con lo que está sucediendo hoy.

Los chicos de Wall Street, como buenos charlatanes, inventan términos y frases con que vestir sus prácticas de megatahures. Por ejemplo, afirman que intentan evitar una crisis de confianza cuando estos supuestos capitalistas se dirigen al Estado para pedir un rescate socializante. Lo que sólo contribuye a incrementar el riesgo moral –otro eufemismo– y prepara la jugada para otra ronda de irresponsables gigantes de Wall Street que entran dentro de la categoría de demasiado-grandes-para-dejarlos-caer. Uno de los más agudos analistas de Wall Street, Henry Kaufman, considera que este fenómeno del demasiado-grandes-para-dejarlos-caer socava la disciplina de mercado y fomenta que las empresas más pequeñas se fusionen con las mayores, a fin de aprovecharse también ellas de los criterios de rescate vigentes en Washington.

Sin embargo, Washington sigue sin moverse y sin tomar medidas reguladoras, ni siquiera en beneficio de los consumidores como sería la regulación del New York Mercantile Exchange (NYMEX), donde una especulación rampante –no la oferta y la demanda– decide cuánto tiene usted que pagar por la gasolina y el combustible de calefacción.Con unos políticos que deambulan como sonámbulos por Washington, mientras sus bolsillos rebosan de dinero de Wall Street, ¿no es ya hora de que el pueblo estadounidense despierte cívica y políticamente? Actúen antes de que el sector financiero, utilizando el dinero de todos ustedes, se haga añicos bajo el peso de su propia y desmesurada codicia, y su mala gestión suicida.

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