El matadero de Afganistán no tendrá fin con más guerra: Karzai lo sabe.

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La cumbre económica no ha entregado noticias, lo que de por si es extraño. En realidad casi no hay noticia importante en los medios de comunicación, pero entre lineas siempre aparece un nuevo frente, esta vez en tierras inhóspitas. Hamid Karzai al perecer se ha dado cuenta de que nunca jamás va a ganar la guerra y que solo aumentará el dolor de su pueblo, e inteligentemente ha entendido que lo mejor es el dialogo, pues solo así se podrá gobernar el país.

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El mismo Karzai fue víctima de un intento de asesinato, y ha pasado de ser un hombre del Carlylle Group, a un hombre que comienza a comprender que su país está primero (Al correr el video pon en pausa el MP3, que está en la barra lateral)

El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, ofreció brindarle seguridad al líder talibán fugitivo Mullah Omar, si éste está dispuesto a negociar con su gobierno para llegar a un acuerdo de paz. Karzai hizo estas afirmaciones pese a que Estados Unidos prometió una recompensa multimillonaria a quien capturase al militante.

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Mullah Omar permanece prófugo desde la caída del Talibán en 2001. Ésta es la oferta más contundente que Karzai le ha hecho al líder talibán, y tiene lugar en momentos en que la insurgencia casi ha paralizado el sur del país. Karzai dijo que si Mullah Omar quiere negociar, él, como presidente, hará todo lo posible para protegerlo. Señaló además que si sus aliados occidentales no están de acuerdo tienen dos opciones: pueden abandonar el país o destituirlo de su cargo. Sin embargo, Karzai reiteró que no aceptará que el Talibán imponga precondiciones. Hasta el momento, el grupo militante no ha hecho declaraciones, pero con anterioridad exigió el retiro de las tropas extranjeras de Afganistán antes de iniciar conversaciones de paz.

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Pero no está solo, Inglaterra apoya esta solución. Karzai está en el Reino Unido por la celebración del 60 cumpleaños del príncipe de Gales. La postura oficial del Gobierno británico es que no hay que negociar con los talibanes aunque al mismo tiempo apoya los esfuerzos de Karzai en ese sentido. Una de las reuniones auspiciadas por el rey Abdulá tuvo lugar en La Meca (Arabia Saudí) el pasado septiembre. En ella participaron, según se cree, el hermano del presidente afgano, Qayum, el mulá Mohammad Tayeb Agha, ex portavoz del líder talibán, el mulá Omar y el ex ministro de Exteriores de los talibanes Wakil Ahmad Mutawati. También asistió al parecer el ex primer ministro paquistaní Nawaz Sharif, que tiene contactos con los talibanes. Según "The Independent", el Gobierno de Karzai ha mantenido también conversaciones secretas indirectas con Gulbuddin Hekmatyar, líder muyahedín al que apoyó la CIA en su lucha contra los soviéticos, pero que está actualmente etiquetado como terrorista por Londres y Washington.

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Washington como era esperable, salió al paso de las declaraciones inmediatamente. Para Obama es prioridad atrapar tanto al misterioso Mulláh tuerto, que se puso el manto de Mahoma en Kandahar. "El líder talibán Mullah Omar no debería involucrarse en los esfuerzos de reconciliación afgana a pesar de un renovado interés en dialogar con miembros del movimiento islamista, dijo el Pentágono". "Nosotros, como Gobierno, no creemos que Mullah Omar sea alguien con quien uno pueda reconciliarse", dijo Geoff Morrell, secretario de prensa del Pentágono.

"El Mullah Omar tiene la sangre de miles de estadounidenses en sus manos, dada la ayuda que prestó a Osama bin Laden", afirmó Morrell a periodistas. Sus comentarios contrastaron con un llamamiento del presidente afgano Hamid Karzai, quien el mes pasado pidió a Omar que trabajara por la paz. Se cree que Omar está escondido en las áreas montañosas de la frontera entre Afganistán y Pakistán. La violencia de insurgentes ha aumentado durante este año en Afganistán al nivel más alto desde que las fuerzas lideradas por Estados Unidos derrocaron a los talibanes en el 2001 por albergar a los líderes de Al Qaeda, acusados de los ataques del 11 de septiembre en ese país. Debido al aumento de la violencia, los gobiernos de Afganistán y de naciones occidentales han renovado su interés en llegar a un acuerdo con los talibanes y otros grupos insurgentes. "No se puede matar a todos".

"Es necesario encontrar una forma para incluir a aquellos que últimamente están dispuestos a trabajar con el Gobierno central, a dejar las armas -o al menos dejar de apuntarlas contra el Gobierno y contra nosotros- y trabajar de una manera constructiva para el bien de todo el pueblo afgano", agregó. Estados Unidos mantiene cerca de 32.000 tropas en Afganistán. Unos 13.000 operan en una fuerza liderada por la OTAN integrada por 50.000 soldados y que trabaja para ayudar a estabilizar al país.