Comenzaremos con el Libro de Enoch, el apócrifo más antiguo conocido es un libro apócrifo seudoepigráfico intertestamentario, que forma parte del canon de la Biblia de la Iglesia ortodoxa etíope pero no es aceptado como canónico por las demás iglesias cristianas. Las únicas versiones íntegras de este libro que se conservan están en ge'ez, lengua litúrgica de la Iglesia etíope, pero son conocidas varias partes en griego, siríaco, armenio, árabe y latín y el más importante, un fragmento en copto. Además han sido encontrados varios fragmentos en arameo y uno en hebreo (4Q317), en Qumrán. La tradición atribuía su autoría a Enoc (transcrito también como Henoc o en inglés Enoch), bisabuelo de Noé. A este libro sumaremos también el Apocalipsis de Elías.
Elías Es el profeta más grande y maravilloso del Antiguo Testamento.Un altar había sido levantado por los adoradores de Baal donde la víctima fue colocada; pero sus gritos, bailes salvajes y locas automutilaciones, a lo largo del día, no dieron resultados: "No se oyó ninguna voz, ninguna respuesta, ninguna atención a sus oraciones". Elías reparó el altar en ruinas de Yahveh, que se levantaba allí, y preparó su sacrificio; cuando llegó el tiempo de ofrecer la oblación de la tarde, mientras estaba orando seriamente, "el fuego del Señor cayó, y consumió el holocausto, la madera, las piedras, el polvo y lamió el agua que había en la zanja". La consecuencia fue que luchó y venció. El pueblo, enloquecido por el triunfo y bajo las órdenes de Elías, cayó sobre los profetas paganos matándolos en el arroyo Cisón.
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